sábado, 12 de diciembre de 2020

13ava Semana... Confinamiento...

Domingo

Hoy me tocó despertarme como cualquier otro día de trabajo. Me desperté porque la electricidad se fue cerca de las 3:30 a.m. y ahora que son las 5:40 a.m., ya el calor me despertó. Me vestí y salí a caminar por los alrededores del complejo. Esto para aprovechar de hacer un poco de ejercicio y no pensar en la falta de electricidad.

Regresé a las 7:20 a.m., muy sudado. Parecía más bien que habían corrido un maratón. Por suerte, ya había llegado la electricidad y pude darme una ducha y me hice el desayuno. Después de desayunar, me provocó acostarme un rato. Me acosté y dormí por casi 3 horas. Me desperté un poco después de las 2:00 p.m. porque me sonó el teléfono. Una llamada de mi jefe para consultarme sobre una situación de carácter especial. Hablé con ella por 10 minutos y le dije que mejor discutíamos ese asunto mañana en la escuela. Después de la reunión de anoche, no quiero realmente hablar de nada de trabajo durante el fin de semana. Me resulta abusivo la forma como las personas se creen con el derecho de llamarte en tus días libres, porque creen que uno, por estar uno solo, no tiene nada que hacer y se sienten con el derecho de disponer de tu tiempo libre para trabajar. Hay que tomar medidas.

Cerca de las 4:00 p.m. me puse a cocinar mi menú semanal. Calabacines al horno con carne molida y queso feta. Una lasaña que hice con carne molida de búfalo (la única que se consigue mas "económica" y a 18€ el kilo). Una pasta con atún y vegetales. Un mini pastel de plátano. Terminé de cocinar y limpiar la cocina a las 07:20 p.m. Me acabo de duchar y ahora a las 7:50 p.m. me voy a hacer un té y a comerme una fruta para acostarme a leer.

Lunes

La verdad que es muy agradable esto de despertarte a las 07:15 a.m. para "ir" a trabajar a las 07:45 a.m. La rutina matutina se hace muy llevadera cuando no tienes que preocuparte por dejarlo todo dispuesto cuando te toca ir fisicamente al colegio.  Porque, en condiciones normales, me toca pensar que debo dejar todo listo y dispuesto por si al regresar del trabajo por la tarde, no hay electricidad o agua. Ahora lo hago todo con más calma y puedo pensar en lavar la vajilla sucia después que termine la hora de clase y hasta poner a lavar la ropa mientras doy otra clase. Esto de las clases "online" nos da mucha libertad para poder hacer cosas en casa, que no podemos hacer cuando estamos de manera presencial en la escuela. Esto ya lo hacía yo en Bruselas cuando estaba de manera presencial dando clases en EEB2.

Llegó la hora de almorzar y justo antes suena mi teléfono. Es mi jefe y, por ser día laboral, no puedo dejar de contestar sus llamadas. Esta vez me dice que debemos convocar una reunión con todo el profesorado, con carácter de urgencia, para esta tarde a las 4:00 p.m. Le pregunto por la agenda y me dice que ella la tiene lista y que la compartiría luego. Ella quiere hablar y yo le digo que es mi hora de almuerzo y que se me enfría mi comida. Me pidió disculpas y quedamos en hablar después de mi clase de la tarde.

Me encantan mis clases con los alumnos de 2do y 3ero de primaria. Son todos muy majos y les encanta hacer preguntas hasta mas no poder. Pienso que es importante incentivar la curiosidad en los niños de cualquier edad porque esto es lo que mantiene viva y activa la creatividad en los niños. Soñar en esas cosas "imposibles" que nunca deben de ser vistas cómo imposibles.

Terminé mi clase con los peques de 2do y 3ero y me fui a verme con mi jefe. Ella me da un breve resumen de lo que será la reunión esta tarde y le sugiero que busque la manera de mantener las cosas en perspectivas y tomas el lado positivo de esta situación que nos toca resolver. Yo insistí que hiciéramos la reunión por Zoom pero mi jefe no quiso. Alegué el tema de la pandemia y ella sugirió tapabocas y distanciamiento social. Al final tanto ella como yo, quedamos satisfechos con el propósito de la reunión y acordamos la hora de la reunión. Terminé de contestar algunos emails y me alisté para ir a la reunión en la escuela.

Bajo este atardecer, llegué al colegio para asistir a la tan no deseada reunión con el profesorado de la escuela.

Sólo puedo decirles que ha sido verdaderamente una reunión sin precedentes porque todos están muy impresionados con las actitudes que se desvelaron en esta reunión. Nunca he sido partidario de reuniones al estilo británico de "name and shame". Pienso que no son nada productivas para el intelecto pero sí para el egocentrismo de muchos. Salimos de la reunión a las 07:10 p.m. Un colega y yo compartimos un taxi hasta el complejo donde vivimos. Al llegar le di las buenas noches y me vine casi que corriendo a mi casa.

Al llegar a casa, lo primero que hice fue irme, como un niño chico, a tachar el día de hoy de mi calendario. Sin resquemor, les puedo decir que me dio mucha satisfacción el saber que este día ya pasó y que allí deseo que quede. En el pasado.

Me di una ducha, y ya a las 07:45 p.m. me preparé unos "noodles" de estos instantáneos y me tomé una cerveza muy fría que me calmara un poco los nervios que aún sentía después de la reunión. Terminé de comer a las 08:25 p.m. Mientras me cepillaba los dientes, escuché el inicio de una lluvia con brisa. Me apuré para meterme en mi cama y dejar que la serenata de la lluvia me hiciera dormir sin querer ni leer.

Martes

Me desperté a las 6:15 a.m. y seguía lloviendo. Me acordé que no tenía que ir a la escuela para dar mis clases sino que era "online" y seguí durmiendo hasta las 7:15 a.m. Me desperté con una flojera que creo que sí la reparto, se convierte en pandemia. Me duché bajo el sonido de truenos y relámpagos que podía apreciar desde la ventana de la ducha. Me arreglé, desayuné y luego me puse a revisar algunos emails pendientes y a prepararme para mi clase de las 10:00 a.m. Esta es la semana de los exámenes orales y estos son días donde se dan unos "desaguisados" verdaderamente únicos. Aplicar los protocolos de un test oral presencial, a un test oral "online" es verdaderamente tedioso. El tiempo que se consume es horroroso. Al final pude hacerles el test a los alumnos que tenía citados para hoy y pude hablar con el 2do grupo de alumnos para plantear una mejor estrategia para los próximos 3 días. Ellos estaban muy contentos y yo más que ellos porque hay que ahorrarse el mayor tiempo posible para que todos tengan el mismo tiempo de preparación. Algo muy difícil de hacer en un país que nunca se sabe cuándo va a haber electricidad sin interrupción.

Terminé a tiempo con mis test orales y pude comer con calma. Ahora voy a mi encuentro favorito de la semana con los alumnos de 2do y 3er grado de primaria. Hoy vamos a tener un debate sobre el COVID-19. ¿Qué debo hacer para evitar contagiarme con el COVID-19? El tema lo escogieron ellos y yo estuve de acuerdo por ser algo absolutamente necesario. Debo decir que estos chicos me sorprenden con su nivel de creatividad para sugerir cosas que los adultos pudiéramos hacer con más frecuencia, para evitar los contagios. Ellos hablaban de evitar a personas "egoístas" que no usan tapabocas y no mantienen su distanciamiento social. Otros hablaban de no aceptar vistas en casa. Hubo una chiquita quien dijo que deberían de crear salones de belleza móviles para que las mamás corrieran menos riesgo y evitar tener que ir a un salón de belleza con mucha gente. La creatividad e inocencia de los niños es realmente ilimitada y única.

Desde que llegué a este país, he estado en una eterna búsqueda de contenedores pequeños para usar como bote de basura. Me escandalizo con los precios de un bote pequeño de basura y me niego a pagar unos 15€ por un bote de basura de plástico frágil. Siento que, al ceder a esos precios, estoy tirando mi dinero. Así que conseguí una caja vacía de la escuela y la he forrado con las bolsas que me dan cuando hago la compra y he hecho mi propio "bote" de basura para la cocina.


Al terminar mis clases, la creatividad me volvió a poseer y resolví convertir un contenedor de agua de 10 litros en otro bote de basura para mi baño y este es el resultado.

No se trata de ser "pichirre" pero de veras que me niego a pagar 18€ por algo que, en Europa nadie pagaría ni 2€. Pienso que es mejor buscar soluciones sensiblemente viables a necesidades realmente temporales. Aquí no he sentido aún la necesidad de hacer "hogar" el lugar donde vivo. Tal vez porque estoy solo y no veo la necesidad de "personalizar" mi casa-hotel más allá de lo estrictamente necesario. Busco cubrir las necesidades básicas y el resto no es una "prioridad" tan importante para mí. No sé si recuerdan mi necesidad de mesita de noche. Pues la solventé con una silla del comedor que me da el espacio suficiente para poner el celular a cargar, un libro, un vaso de agua y mis lentes. No siento con ello que estoy perdiendo "calidad de vida" sino más bien dándole mayor importancia a otras cosas con mayor relevancia en mi tránsito de vida en este país.

Ya son las 4:00 p.m. y quiero ir a caminar pero hay tiempo de lluvia y el sol está bastante inclemente. Me fui a buscar un libro que le presté una colega a su casa y allí me agarró un terrible aguacero. Al escampar pude tomarle una foto al cementerio que queda detrás del complejo donde vivo y que nunca había podido observar y que abajo comparto. Al salir de la casa de mi colega, me encontré con un vigilante a quien no pude evitar preguntarle porque todas las tumbas en el cementerio estaban enrejadas. Él me contestó que esta es la tierra del budú y que se roban restos humanos para ser usados en ceremonias de budú. Eso me pareció tan terrible e insólito que me costó darle crédito a sus palabras.


No conforme con la explicación del vigilante, le pregunté a mi vecina de Nigeria y me ratificó lo que me dijo el vigilante. Quedé, como pajarito en grama, viendo para dónde quedaba San Felipe... Ustedes me entienden.

Llegué a casa y ya eran las 7:25 p.m. Me duché, me comí un yogurt, me cepillé los dientes y ya a las 8:05 p.m. estoy con mi libro y listo para dormir temprano.

Miércoles

Hoy amaneció lloviendo pero una lluvia muy fina y suave. Mi alarma sonó a las 6:55 a.m. y ya yo tenía mas de media hora despierto porque me despertó el tremendo estruendo de un trueno. Creo que cayó un rayo muy cerca del edificio, pero no me atrevo a averiguar. Me levanté, tendí mi cama y me fui a duchar. En mitad de la ducha, se fue el agua. Por suerte tenía las garrafas de agua en la ducha y terminé de bañarme a punta de "perolita"... Creo que la última vez que me tocó hacer esto fue en la casa de verano de Satu en Ruhoranta, Finlandia. Claro, era en un sauna a la orilla de un hermoso lago y con un clima espectacular de verano.

Recién desayuné y acabo de revisar mis emails. Ahora me dispongo a prepararme para mi clase que comienza a las 8:45 a.m. El agua aún no llega y recuerdo que había hecho una cita con el Gerente de Administración de la escuela para las 8:15 a.m. Así que me tocó correr y alistarme en menos de 5 minutos para estar a tiempo a la cita. Llegué a la escuela a las 8:17 a.m. Por suerte el Gerente de Administración también estaba retrasado. Mi reunión con él era para pedirle que enviara a alguien de la escuela a comprarme electricidad. Esto suena muy extraño y merece un paréntesis explicativo. Resulta que aquí TODO lo referente a los servicios es prepagado y se debe de comprar el consumo de los servicios por adelantado. Este es el caso de la electricidad. El caso es que yo, recién llegado pedí comprar electricidad y tardé casi 3 semanas en conseguir que alguien me vendiera y actualizara el medidor que hay en mi apartamento.

Lo cierto es que el proceso de recarga para el prepago puede tardar hasta 3 semanas. Esto dependiendo el lugar donde lo compres o la persona que te haga la venta de prepagado. El señor quien me vendió la primera vez, está enfermo con malaria y aún no se recupera. No tuve más alternativa que pedirle ayuda al Gerente Administrativo de la escuela para que me ayudara con esta situación. Antes, cuando yo llegué hace un poco mas de 3 meses, uno podía comprar hasta un máximo por recarga de 100.000,00 CFA que eran en su momento al rededor de unos US$.220,00. En su momento, yo compré el equivalente a unos 1.930 Kw, y estimé que esta cantidad de electricidad me pudiera durar unos cuatro meses y medio. Lo cierto es que me administro muy bien con el tema de consumo de servicios y siempre estoy apagando la luz que no uso y tratando de ayudar al planeta no generando más CO2.

Bueno, al día de hoy, ahora solo puedes comprar un máximo de hasta 70.000,00 CFA por recarga. Esto porque la regulación cambió y con ello los impuestos por cantidad de electricidad que compras. Antes no te cobraban impuestos por la compra de la electricidad y ahora si que no te perdonan. Resulta que han creado unos impuestos nuevos (impuesto al uso e impuesto al consumo de electricidad) y esto representa ahora casi que un 40% del costo del consumo eléctrico. Es decir, yo pedí comprar mi recarga por el máximo de 70.000,00 CFA y resulta que recibí el equivalente a unos 41.000,00 CFA en electricidad (920Kw aproximadamente). Es decir que casi que con la misma cantidad de dinero, recibo menos de la mitad de la electricidad que compré hace ya 3 meses. Esto es absolutamente insólito.

Después del shock del aumento de la electricidad, que se sigue interrumpiendo el servicio unas 19 veces al día, continué con mis clases. Dí mi clase desde la escuela para no tomar el riesgo de que me fuera a encontrar con un gran atasco y quedarme allí sin la posibilidad de poder dar mi clase. Terminé quedándome hasta las 2:10 p.m. cuando me vine a casa. Llegué a casa y cuando me pongo a recargar mi saldo prepagado, me doy cuenta de la cantidad de electricidad que compré y por cuanto tiempo puede durarme este nuevo saldo para consumir. Creo que en 2 meses, me tocará volver a pagar. Pero bueno, es parte de la realidad donde vivo y me toca asumirlo como algo más del "decorado". 

Pensé que mi día mejoraría pero no fue así. Los retos continuaron y no me quedó más remedio que quedarme trabajando en la escuela casi vacía hasta casi las 3:00 p.m. Tomé un taxi y cómo normalmente no salgo a esa hora, me tocó presenciar el cierre de casi toda la ciudad porque alguien importante se estaba moviendo desde el norte de la ciudad hacia un lugar muy cercano al centro donde nosotros estábamos. Así que me tocó esperar por mas de media hora encerrado en el taxi sin ni siquiera poder salir del taxi. Por suerte, el taxista venía con el aire acondicionado encendido y esto me tranquilizo. Los otros pasajeros de los taxis vecinos estaban sudando la espera sin ningún tipo de aliciente.

El taxista, un muchacho joven, me buscó conversación y me preguntó que sí era del sur de Europa y, para no entrar en detalles, le dije que sí. Él comenzó a hablarme de su familia que vive en Europa y lo diferente que es para ellos la vida allí. Yo lo dejé que hablara y cuando me dio la oportunidad, le pregunté: ¿por qué en vez de pensar en irte no tratas de abrirte camino aquí?  Y continué acá hay tanta tierra para cultivar y hay zonas con ríos muy cerca de tierras completamente cultivables. Aquí hay mucha necesidad de cultivar todo lo que la población pudiera consumir. Y continué hablándole de lo costoso que eran algunos vegetales que aquí los importan y que pudieran producir con facilidad porque el clima ecuatorial es perfecto para ello. El joven taxista se volteó y me dijo que sonaba como su profesor de matemáticas que se retiro a trabajar el campo antes de los 40 años. Y luego me dijo que el cultivo de la tierra en África, dependiendo de dónde estés, tiene una connotación un tanto "ambivalente". En África oriental el cultivo de la tierra es símbolo de sustento familiar y de formar parte de una comunidad. En la África occidental tiene otro tipo de sentido y esto dependerá no sólo de lo que siembres sino del porque lo haces. Para ellos el cultivo de la tierra es muy difícil porque aquellos que cultivan, y en su gran mayoría, lo hacen en tierras alquiladas. A veces la venta de lo que cosechan no compensa el esfuerzo y tiempo que le dedican. Él tiene dos hermanos mayores que están cultivando y le han dicho que se una a ellos pero el prefiere estar manejando un taxi y ganarse casi el doble de lo que ganan sus hermanos semanalmente.

Escuchar a este joven me dio mucha impotencia y me hizo entender el sistema "moderno" del feudalismo africano. Pero este taxista me dijo mucho más. Resulta que cuando te quedas trabajando la tierra, "ofendes" al resto de tu familia porque eso fue lo que hicieron sus antepasados en el tiempo de la esclavitud. Esto muchos lo interpretan como no querer dejar de ser lo que tus antepasados fueron y mantener "ese recuerdo" vivo y presente en ti. Al escuchar este joven, entendí su realidad y la de muchos que se dedican al oficio de ser taxistas por la manera "fácil" de hacer un poco más de dinero sin mucho esfuerzo físico, para construir su futuro.

A pesar de las razones que el joven me comentaba, yo le insistía que la tierra siempre tendría más futuro y que tal vez debía de invertir comprándose unas tierras con sus hermanos para cultivarlas más adelante. Le dije que el dinero que no se trabaja con esfuerzo, no se valora de cara al futuro. Se me quedó viendo y no me dijo más nada. Al rato, murmuró y me dijo: tal vez usted tenga razón porque mi padre siempre dice lo mismo. Le dije que su padre siempre tuvo la razón y que él ahora lo aceptaba porque se lo decía yo, el extranjero con palabras diferentes. Me vio por el retrovisor y se quedó sumido en un profundo silencio.

Su silencio me puse a pensar en una conversación que tuve con mi amigo Marco hace unas semanas atrás sobre los criterios de liderazgo y la implicación directa de los aspectos culturales en ello. Y mejor lo dejo hasta aquí porque si algo no quiero hacer en este blog, es hablar de política. Me lo tengo absolutamente prohibido.

Finalmente abrieron la gran avenida y pudimos continuar el camino a casa. Creo que pude haberlo hecho a pie pero el calor, sumado a que no había comido nada, me hicieron desistir de la idea. Llegué a casa pasadas las 3:50 de la tarde. Me lavé las manos y me puse a calentarme mi comida. Comí y no pude resistir la idea de complacer a mi cuerpo con una merecida siesta. Me desperté a las 7:10 p.m. me di una ducha, me preparé una taza de té y me puse a corregir unos trabajos que tenía pendientes. Ahora a las 9:20 p.m. y ha comenzado a llover. Aunque no lo crean, tengo un ataque agudo de flojera, Así que voy a cepillarme los dientes y acostarme a leer hasta que Morfeo haga su llamado.

Jueves

Anoche me quedé leyendo hasta casi las 11:00 p.m. y hoy me desperté a las 6:50 a.m. y, para ser un día laboral, me siento realmente raro y hasta "culpable" de levantarme "tarde" para "ir" a trabajar. Me acabo de duchar, son las 7:00 y ahora voy a desayunarme para disponerme a comenzar a trabajar a las 7:45 a.m.

Todas mis clases comienzan a las 10:00 a.m. Yo pudiera levantarme más tarde pero no puedo porque mi cargo de Consejero me exige que debo contestar emails en un tiempo prudencial de 24 horas o menos, en casos de urgencia.

Son ya las 12:30 p.m. y ya terminé con mis clases. Ya contesté todos los emails que tenía pendientes y recién acabo almorzar. Voy a aprovechar la tarde para irme al centro a hacer un reclamo a Rwandair con mi viaje de la semana que viene y ver si puedo ir al Marché Platau que me queda muy cerca de casa.

Fui a Rwandair a reclamar que he tratado de hacer un pedido a través de su página web del "duty-free" de ellos pero me ha resultado IMPOSIBLE. Tienen cosas interesantes y a bueno precios. Además, si lo ordenas "online" te dan un 20% de descuento. Bueno, tomé un taxi cerca de la 1:00 p.m y llegué allí muy rápido porque, según los entendidos y con auto en esta ciudad, la hora del tráfico aquí es entre 11:30 a.m. y 12:30 p.m. Al entrar a la oficina no había nadie y me tocó, literalmente, empezar a tocar puertas de oficinas a ver si conseguía a alguien que me pudiera atender. Al final llegué, sin querer, a la oficina de un muchacho joven quien amablemente me dijo que me podía atender. Antes me pidió un momento e hizo una llamada. Solo dijo inmediatamente y la oficina se comenzó a llenar de empleados. Le expliqué al joven el motivo de mi visita y me dijo que había escuchado de muchos casos como el mío y que, lamentablemente, no podían hacer nada al respecto. Le pedí hablar con el gerente de la agencia y él me llevó a su oficina donde me encontré con otro muchacho tan joven como él. Le volví a explicar al gerente nuevamente el motivo de mi visita y me dijo exactamente lo mismo que el otro joven. Le dije que esto era inaceptable y que esto no era correcto. El gerente revisó mi reservación y me dijo que él me compensaría.

Cuando compré mis boletos, lo hice por separado para beneficiarme de unas ofertas por separado que que Rwandair aun tiene de vuelos directos desde Kigali a Bruselas por unos precios bastante decentes. Igualmente son sus precios de vuelos dentro de las repúblicas centro-africanas. Es por ello que tuve que comprar los boletos por separado y así ahorrarme más de US$. 400,00 en la compra del boleto para ir a pasar las Navidades con los míos. Yo luego quise unificar las 2 reservas en una y no fue posible. Resultó que este joven "logró" unificarme mis 2 reservas y hacerme una sola reserva sin cobrarme un centavo. Esto ya lo había pedido yo en las oficinas de ellos en Nairobi hace unos meses y me dijeron, por pasiva y por activa, que era imposible. A tal punto que ya hasta apliqué y pagué por la visa electrónica para hacer tránsito en el aeropuerto de Kigali y tener que volver a pasar por aduanas y hacer nuevamente mi check-in para el vuelo a Bruselas. El joven gerente lo hizo sin ningún problema. Confieso que, sí no hubiese COVID-19, le doy un abrazo. Ya no me importó mi pedido de duty-free ni el dinero que perdí en la aplicación de la visa electrónica de Rwanda. Esto de verdad que me hizo el día y casi que el mes entero. Sentí una alegría como si me hubiese ganado "el Gordo de Navidad".

Salí de la agencia y estaba medio nublado. Decidí aventurarme y comencé a caminar hasta el Marché Platau. La verdad que sabía que eran como unos 3,5 Km pero sentí la necesidad de caminar. A las 3 cuadras, comenzó a salir el sol con su furia inclemente. Vi en mi reloj que eran ya casi las 2:00 p.m. y me dije, tal vez me quedan unos buenos 40 minutos de camino y voy a ver hasta donde llego. Por suerte caminaba por una avenida con acera. Los taxis me pasaban por un lado y me ofrecían su servicio y yo les decía que no. Resolví sacar el paraguas para protegerme del brillante sol. Sentía como me sudaban hasta los pensamientos. del calor pero no pude tomar un taxi porque habían cerrado la gran avenida porque el presidente pasaría en cualquier momento. Así que seguí caminando y tomando agua de la botella que tenía conmigo. Cerca de las 2:55 p.m. llegué al Marché Platau. Este es un mercado artesanal de dimensiones muy pequeñas. Las artesanías allí son muy bellas y únicas. No pude resistir la tentación y le compré un regalo para mi hija Emma. Lo que más me encantó fue la tienda de lámparas artesanales que me encontré y que, a pesar de estar prohibido tomar fotos, pedí permiso y me dejaron tomar 2 fotos que comparto con ustedes.




Las lámparas son hermosas y de muy buen acabado pero los precios son verdaderamente japoneses que incluye un impuesto al color de piel, bastante considerable. Intenté regatear el precio de una pieza pequeña y al final le dije al señor que no tenía -lo cual era cierto- el dinero que él quería por la pequeña lámpara. Luego vi cualquier cantidad de objetos artesanales de distintos materiales. Unos tableros hechos en ónix realmente impresionantes en esplendor y precio. Me comencé a sentir con sudores de frío y resolví invertir la poca energía que me quedaba en salir del mercado donde estaba haciendo un calor espantoso. Al salir, me mojé la cabeza con el agua que me quedaba en mi botella y busqué un taxi que me llevara a casa.

Llegué a casa muy desvanecido. Me tocó subir los cuatro pisos muy pausadamente ya que me sentía débil. Creo que el haber caminado bajo el intenso e inclemente sol, fue demasiado para mí. Cuando vi el termómetro del celular, hacían +43C. No recuerdo haber caminado nunca bajo semejante calor. Al llegar al apartamento y cerrar la puerta, me desvestí y deje toda la ropa en la puerta. Vi que por suerte había agua y lo celebré metiéndome bajo la ducha por un buen rato. Salí de la ducha con la yema de los dedos arrugadas. Me sequé, vestí y recogí la ropa que dejé en la puerta de la entrada y la puse a lavar con otra ropa sucia que tenía. Me tomé una cerveza muy fría que me supo a gloria. Encendí el aire acondicionado de mi habitación y me acosté a dormir. Recuerdo que eran las 5:00 p.m.

Me desperté casi que a las 7:30 p.m. Revisé mi email, me hice una infusión y me comí una manzana. Ya, a las 8:40 p.m., estaba listo para cepillarme los dientes e irme a dormir. Le hago caso a mi cuerpo y ahora me acuesto a dormir porque no tengo ánimos ni de leer.

Viernes

Hoy es un día en que he amanecido muy contento. Me queda una semana de trabajo y eso lo he celebrado con un café. Hoy amaneció lloviendo y esto hace que nos sintamos como más propensos a procrastinar. Las lluvias ecuatoriales son iguales a las tropicales y, como todos saben, están siempre muy bien instrumentadas con truenos rayos y centellas. Así que necesitaba algo fuerte que me espantara la flojera y que realmente me despertara el cuerpo. El café me puso "eléctrico" ya a las 7:45 a.m. había contestado todos mis emails y estaba listo para dar mi clase. Aproveché para preparar algunas cosas de comida porque hoy van a venir algunos compañeros a comer a mi casa. Los he invitado a comer pizza casera hecha por mi. Así que me puse a hacer la salsa de tomate, a picar algunos ingredientes y a hacer la masa. Sí, yo compro todos los ingredientes y luego lo hago todo en casa. Me gusta cocinar pero detesto lavar la vajilla, o como decimos en Venezuela : "los corotos" de la cocina... Esta palabra les encanta a todos los extranjeros no hispanohablantes que han vivido en mi país porque saben que es un adjetivo calificativo indefinido, que se usa para TODO y nadie logra nunca descifrar el objeto al que la persona se refiere cuando lo usa.

Hoy tengo dos clases y ya terminé con mi primera clase. Acabo de almorzar y ahora me toca dar mi última clase oficial del 2020. La semana próxima es de puros exámenes y todos los días son hasta las 12:00 p.m. Trabajaremos hasta el Jueves y el Viernes lo reservamos para atender casos especiales hasta las 12:00 p.m.

Acabo de dar mi última clase y ahora me debo entregar a la cocina. Cuando termine de dejarlo todo preparado, debo de volver a limpiar la casa. Desde ayer he estado con unos ataques de estornudos tremendos. Acá el polvo entra por todas partes sin necesidad de invitarle. Esto aquí es peor que en Bruselas. Así que me toca arremangarme y entregarme a las labores hogareñas.

Son casi las once y media de la noche. Ya se fueron todos los colegas. La cena estuvo muy bien y todos quedaron muy satisfechos con las dos pizzas que hice -una de salchichón con chorizo español y otra de atún con jamón y aceitunas. Estoy muy cansado y ahora dejo todos los vasos para fregarlos ya mañana. Por suerte usamos platos desechables porque ya le había manifestado a mis invitados que no me gusta lavar vajilla a mano. Ahora a dormir.

Sábado

Hoy me he despertado cerca de las 9:00 a.m. y esto ha sido un gran logro para mí. Creo que el tipo del hospital militar que toca el clarinete está enfermo porque de verdad que no lo escuché. Me puse a lavar todo lo que estaba sucio en la cocina y ahora me dispongo a cambiar la ropa de cama y a revisar los exámenes que he hecho para la semana que viene. Luego voy a revisar las maletas que ya tienen unas cuantas semanas de yo haberlas hecho y voy a tratar, si no llueve de caminar esta tarde por el paseo a orillas del rio Congo. 

¡Hasta la próxima entrega!  

2 comentarios:

  1. Cada semana es una aventura. Las disfruto enormemente. Siento que tu paciencia es envidiable. Un gran abrazo amigo.

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    1. Querida Jacqueline, cada semana está llena de momentos. Yo vivo y aprendo de cada momento. Me refugio en el conocimiento y no en mi paciencia. el conocimiento te da mayores posibilidades de resiliencia que la paciencia. La paciencia sin conocimiento es muy frágil y por sí sola es un recurso muy limitado. Busco siempre refugiarme en aprender de de cada experiencia y trato, en lo posible, de mantenerme calmado para seguir en "mi ruta". Besos.

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